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domingo, 8 de marzo de 2009

Cura abiertamente gay cumple 20 años de ministerio

¿ Por que algunos se esconden en lugar de luchar por su identidad?


# Asumido como gay, el teólogo James Alison fue ordenado sacerdote hace dos décadas


# �Terapias reparativas� fueron motín electorero de la derecha estadounidense; hoy están en declive, asegura
Christian Rea Tizcareño
México DF, noviembre 21 de 2008.
Orgulloso de ser homosexual, el teólogo ex dominico James Alison celebra este año dos décadas de ordenación sacerdotal. “Nací en una familia de derecha, evangélica. Me descubrí a los nueve años y me acepté a los 18. Por suerte, me enamoré de un chico católico, y entonces me metí de lleno a la Iglesia”, narra a NotieSe el autor de Una fe más allá del resentimiento: Fragmentos católicos en clave gay; Católicos y sida, preguntas y respuestas; El retorno de Abel: Las huellas de la imaginación escatológica, y Conocer a Jesús.

El presbítero nacido en Londres, Inglaterra, cuenta que su fe jamás fue doblegada por la homofobia religiosa. “Salí del totalitarismo invisible e interior del evangelismo para entrar al totalitarismo visible y exterior del catolicismo”.

Asimismo, refiere que la presencia gay en la Iglesia de Roma “es muy grande. Es como un cuento de hadas. Si alguien quiere que tú entres, va a encontrar la manera de hacerlo. Si no, también”, sonríe.

Sotanas pintadas de homofobia

Alison no negó su homosexualidad al ingresar al seminario. “En aquella época las cosas eran más abiertas”. Pero con el pontificado de Juan Pablo II la Iglesia retrocedió, se acrecentó el conservadurismo. Las reglas del juego cambiaron. El clérigo renunció a los dominicos. No había otra opción, pues la honestidad dejó de ser tolerada. Perdió los votos de pertenencia a dicha orden religiosa, pero conservó su estado sacerdotal, según constan los documentos que el Vaticano le hizo llegar.

La palabra homosexual –inventada en 1869– no se plasmó originalmente en la Biblia. “Son traducciones de traducciones”. Sin embargo, la mayor parte de la jerarquía católica prefiere omitir el tema. “No hablar, no ver, no oír, esa es la regla general”. Cuando un cura o religioso se declara gay –el clásico “problema disciplinario”–, los purpurados se excusan entre ellos: “‘¡ay, qué horror! Yo no sabía. ¡Imagínate!, si hubiera sabido no le habría mandado’… Unos son cautelosos, algunos cobardes y otros matalocas horrendas”, describe Alison.

A pesar de que un número creciente de pastores y teólogos asumen una postura a favor de la agenda lésbico- gay, gran parte de la jerarquía prefiere mantener en secreto esta forma de pensar. Pero hay excepciones. Don Raúl Vera, obispo de Saltillo, Coahuila, es un ejemplo. Él es honesto al declarar que las personas con orientación distinta a la heterosexual merecen atención espiritual sin discriminación de por medio y derechos como cualquier ciudadano mexicano, dice Alison.

“Terapias anti- gay” fueron motín de la derecha; hoy están en declive

Según James Alison, las “terapias reparativas” que promueven grupos conservadores como Courage Latino, las cuales pretenden “sanar” la homosexualidad, sólo sirven para que la gente se dé cuenta de que la atracción erótico- afectiva entre personas del mismo sexo constituye una variante normal de la naturaleza humana. Quien se ha sometido a estos “tratamientos” comprueba de forma fáctica que no se puede cambiar por ningún medio la orientación sexual.

Las “terapias” parten del principio de que ser gay es una patología causada por los traumas de la infancia. Bajo esta lógica, sus promotores aseveran que la oración revertirá los supuestos vicios de la vida homosexual. “Dios quiere y puede curar los resentimientos, la rabia, las heridas, te dota de libertad, te ayuda a perdonar, a ser mejor, pero él no cambia la orientación sexual”.

El teólogo conoce a personas que han renunciado a las “terapias anti- gay”. Todas tomaron conciencia de sí mismas. El tratamiento psicológico les sirvió para auto- aceptarse y sanar asuntos ajenos a la homosexualidad. “Llegó la rebelión cuando (ellos y ellas) vieron el daño que les causaba esta tortura. Los más temerosos nos agarramos a las sectas religiosas hasta el último momento”.

De acuerdo a James, el movimiento de las “terapias reparativas” se gestó a finales de la década de los setenta. Al principio, “había gente de muy buena voluntad”. Después, la derecha religiosa y política de Estados Unidos apoyó económicamente a grupos como Courage Latino, esto para tratar de demostrar ante la opinión pública que el discurso de derechos humanos a favor de la reivindicación gay era una falacia. Entonces, el Partido Republicano “los usó” para sacar ventaja electoral con respecto a sus adversarios. Obtuvieron votos a costa de la ignorancia de la gente.

Hoy día, las “terapias ex- gay” están en declive en Estados Unidos porque se demostró científicamente su ineficacia. Cabe destacar que incluso algunos líderes de este movimiento conservador se disculparon públicamente. Además, los republicanos ya no quieren ser asociados con posiciones tan abiertamente homófobas, pues les restaría sufragios. Ante el fracaso en su país de origen, los grupos pro “homosexualidad no deseada” encuentran en Latinoamérica la posibilidad de tomar un respiro, toda vez que perciben la vulnerabilidad de la población frente al discurso religioso, advierte el experto.

El amor de Dios es libre

James no se autodefine como “sacerdote gay, sino como un teólogo y sacerdote que por casualidad es gay”. En la actualidad no trabaja para ninguna diócesis, aunque está dispuesto al llamado de cualquier prelado. Ante la homofobia imperante en la jerarquía católica, él se refugió en la “gracia de Jesús porque el verdadero amor de Dios no es fingimiento, es libre”.

Para Alison, el resentimiento no es la solución a la homofobia rampante. El esquema puritano se puede romper con creatividad e imaginación, no con actitudes reactivas. Quienes no son heterosexuales necesitan hacer frente a los conservadurismos religiosos en un ambiente de fraternidad y con argumentos sólidos, para construir una auténtica comunidad, “no una asociación de dueños de bares”.

Finalmente, el cura invita a los católicos del mundo a salir de la hipocresía y a conocer su página electrónica: http://www.jamesalison.co.uk/cas/index.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un ejemplo para muchos curas de nuestros pueblos.