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lunes, 23 de marzo de 2009

Qué hacer si encontramos un familiar en un Boliche gay

Cuando yo era un pequeñito mis papás me enseñaron, como a todo hombrecito de bien, a ser cortés con la gente y a saludar siempre que me encontrara a algún conocido. Me dijeron que era de muy mala educación hacerse el disimulado para no saludar o no despedirse de la gente. Pero lo que no me dijeron en ese entonces fue qué hacer si la gente no quería ser reconocida o vista.


Si uno es un visitante asiduo de bares o antros gay se corre el riesgo de encontrar a algún compañero de trabajo, profesor, vecino o familiar. No podemos negar que se pueden dar situaciones embarazosas o muy chuscas si uno de los dos es closetero o si no se sospechaba nada de su identidad secreta (gay). En caso contrario, si uno de los dos es muy obvio o tiene mucha pluma, no habrá gran sorpresa. Pero qué divertido es cuando nos tropezamos con el jefe, primo, hermano, papá de un amigo, o el esposo de una amiga en la barra del antro o en plena pista de baile.

¿Qué hacer en estos casos?


Si hubiera una guía de "Qué hacer al encontrar a un familiar en un antro gay" creo que debería incluir los siguientes puntos:


1. No se ponga nervioso ni entre en pánico. Viva el momento lentamente, que puede ser único.


2. No haga la típica pregunta tonta: "¿Y tú qué haces aquí?"


3. Si le hacen la pregunta del punto número 2 (que siempre sucede) hay dos opciones:


a) Hacerse el disimulado:

"Me recomendaron este lugar y voy llegando. ¿Tú ya lo conocías?, ¿qué tal se pone?"

"Vine a acompañar a un amigo de closet. Ya ves, siempre necesitan que alguien los apoye..."

"Ya sabes que no me quedo con las ganas de conocer nada, ni siquiera de este ambiente"

b) Hacerse el cínico:

"Vine a ver a quién me encontraba, ¡y qué sorpresa me he llevado!"

"Reafirmo mi heterosexualidad. ¿Y tú? (...lo malo es que me sigo convenciendo que no hay tal)"

O decir la frase más usada: "Hago lo mismo que tú".


4. Sea discreto. Si la otra persona le pide guardar el secreto, hágalo. Los caballeros no tenemos memoria (y mucho menos si estamos beodos). Deje que la otra persona hable y defina su posición por sí misma.


6. Relájese y disfrute. Si lo anterior falla, ¡no huya! Hay que pensar que si la otra persona está ahí, seguramente no es la primera vez que lo hace. Lo más probable es que le guste vivir las mismas aventuras que a nosotros. En este escenario, podría ser que ganáramos a un nuevo cómplice o compañero de parranda. Si no, por lo menos los dos compartirán el mismo secreto.


¡Uy, qué recuerdos me han venido a la mente! Pero lo más interesante de todo es que ahora es muy distinto vivir como gay o salir del armario y, si me encuentro a alguien en un antro, ya no hay necesidad de salir a pecho tierra del lugar (inclusive si se trata de algún familiar muuuy cercano).
Publicado por Yorch en 12:06 PM

Gays Genios

En todas las épocas y en todos los rincones del mundo han existido homosexuales. Yo creo que la proporción se ha mantenido casi igual siempre. Ahora, estamos en contacto con más gente gay, pero no es porque haya un mayor número de personas con esta orientación sexual. Simplemente es porque hay más libertad para "salir del clóset".

Basta con pensar en lo siguiente: ¿Cuántos compañer@s de trabajo son homosexuales? ¿De cuántos sospecho, estoy seguro o ya es un secreto a voces? ¿Tengo algún familiar que "batea del otro lado"? En la escuela siempre hay algún compañero del que todos saben que tiene una preferencia distinta a la de mayoría, ¿cierto? ¿Tengo algún amigo que me lo ha confesado? ¿Y cuántos famosos lo dicen abiertamente?

Para nombrar a todos los famosos, maestros y genios gay que han dejado huella en la historia se necesitarían muchos blogs. Y eso únicamente de los que se tiene certeza...

Aquí van unos poquitos:

Sócrates: sabemos muy bien que este célebre personaje se le recuerda, entre muchas cosas, como maestro y amante de hombres jóvenes (¡Chanfle! Si me lo hubieran explicado así en la escuela hubiera puesto más atención). Sócrates decía que el amor comienza con la pasión erótica de un hombre maduro por un joven que representa la belleza (¿qué tal eh?).

Platón: Discípulo de Sócrates. De aquí viene lo del "amor platónico", y yo me pregunto: ¿También vendrá de aquí la frase de "el alumno superó al maestro"? Platón decía: "No puedo decir que exista mayor riqueza para un joven, que tener un buen amante, y para un amante, que tener un joven amado".

Safo: Poetisa griega. Esta mujer sí que tenía "los pantalones bien puestos". Tan sólo con decir que ella nació en la isla de Lesbos nos damos cuenta de su gran importancia en la historia. Se dice que ella se enfrentaba a los hombres en una época muy difícil para el sexo femenino y que con ella comenzó la historia del lesbianismo.

Alejandro Magno: Genio militar que a los 20 años tomó el trono y durante muchos años nunca perdió una sola batalla. Tuvo varias esposas pero no tuvo descendencia (hummm, ¿dónde he visto eso antes?). Se dice que su amor más grande fue un hombre. ¿Alguien vio la película de "Alejandro" o leyó el libro de Mary Renault "El muchacho persa"? (Cuando comencé a leerlo comprendí porque un antro de León, Guanajuato se llama "Bagoas").

San Agustín: (¡Ájale, esto no me lo esperaba!) Personaje importante en la historia de la iglesia católica. Las malas lenguas dicen que en su juventud tuvo encuentros homosexuales y que después pudo tomar el camino del "bien"... En uno de sus escritos describe a una de sus relaciones como "dulce, más allá de lo más dulce que jamás he experimentado".

Miguel Ángel: Yo me atrevería a describirlo como un personaje adelantado a su época, genio en numerosas ramas: escultora, pintura, arquitectura e incluso ingeniería. De verdad que era un ser súper dotado. Vivió 89 años y fue famoso gracias a sus magníficas obras. Se cuenta que el amor le llegó poco antes de los 60 años y que le dedicó el resto de su vida a su amante (podría ser un muy buen tema para una película, ¿no?).

Leonardo Da Vinci: Otro genio adelantado a su tiempo y que también le entraba a la pintura, ingeniería, arquitectura y a otras artes y ciencias. Por ahí también se rumora que era muy varonil, atractivo y que a los veintitantos años tuvo problemas por sus inclinaciones sexuales. Murió poco antes de los 70 años y nos dejó un legado que no nos deja, ni dejará, de sorprender.



Para más información:

http://es.wikipedia.org

viernes, 20 de marzo de 2009


EL ENEMIGO INTERNO



La depresión, plaga gay no reconocida


Acostumbrados a tener al SIDA como bandera de las desdichas que nos acosan, los gays hemos desviado nuestra atención de los males circundantes hacia aquel que se presenta como el mayor interruptor de nuestras vidas. Rara vez reconocemos los problemas de la vida diaria que obstaculizan nuestro realizarnos en el mundo. Los polos que la comunidad homosexual y el mundo entero manejan con respecto a nosotros oscilan dentro del más alto radicalismo... del enfermo terminal de SIDA pasamos a la figura del sujeto suelto de huesos que deja las represiones en el ropero y vive - literalmente -, la vida loca. El rango intermedio es enorme, sin embargo. Y el estereotipo de la vida suelta de huesos es una tosca idealización de un patrón de felicidad que las estadísticas niegan.

¿Pruebas?
Los gays sufrimos una desproporcionada tendencia a la depresión que nadie se atreve a conceder. Un estudio realizado dentro de un universo estadístico de 4000 personas entre 17 y 39 años revela que un 20% de los homosexuales entrevistados había intentado suicidarse - contra un 3.5% de los heterosexuales.
Otra más. Un estudio más amplio reveló que el 7.3% de la población gay intenta, por lo menos en cuatro ocasiones, quitarse la vida - contra un proporcional 1% de heterosexuales.

Los homosexuales calamos alto en la lista de desórdenes depresivos. Los gays sufrimos más depresión que el resto; más ataques de pánico, mayor abuso de sustancias, y más tendencia al suicidio. Los gays somos más propensos al rechazo familiar y, claro, al rechazo social. Tenemos más problemas de adaptación al medio. Siguiendo esta línea, estamos más proclives a abandonar los estudios y los ámbitos laborales, a entrar en relaciones de corto plazo, a contraer enfermedades sexuales, y a tener dificultades en mantener una relación duradera y satisfactoria.
Este es el terreno previo a todo contagio del virus del SIDA. Una vez adquirido el contagio, los problemas inevitablemente se exacerban.

¿De dónde sale este universo de desórdenes de ánimo, de problemas de ajuste, de dificultades interpersonales? Richard C. Friedman y Jennifer Downey, equipo de psicólogos dedicado al estudio de la depresión dentro de la población homosexual, barajan una serie de hipótesis al respecto. En sus libros (altamente sugerentes), "Homofobia Internalizada y Reacción Terapéutica Negativa" y "Homofobia Interna y Autoestima Genérica en Pacientes Homosexuales"; su sugerencia apunta a problemas que retrotraen hacia la infancia.

Es alrededor de los 6 y 7 años, cuando todavía la sexualidad se halla en un estadio de desarrollo y la persona no puede aún ubicarse como homosexual, que la internalización de un objeto externo agresivo y homofóbico comienza a instalarse en la psiquis. "Antes de ser sexualmente activos, muchos niños son rotulados con ofensivos títulos, tales como los de "maricón", "rosquete", etc." Demasiado temprano y con demasiada intensidad, los gays aprenden de cerca lo que significa el terror, el odio y el desprecio - lecciones de vida que nunca olvidan, y que constituyen una suerte de pilares de una estructura de auto-devaluación que se afirma con los años.

Se arma así un enfermizo círculo vicioso. Muchachos hostigados por no mostrar la exigente cuota de masculinidad, por ser demasiado artísticos, románticos, glamorosos, intelectuales; y poco diestros en el deporte, en las artes de la pelea y la defensa; internalizan una imagen suya devaluadora que luego arrastran consigo. La homofobia externa, manifestada con violencia (muchos sufren ataques físicos y no sólo verbales), se transforma poco a poco en un ente ideal que bombardea nuestro estima propio - y que se extiende hacia toda manifestación similar en el otro. Surge así el extraño fenómeno de homosexuales marginando a otros homosexuales; alejándose de ellos, matando sus pulgas sobre otros blancos más débiles que reflejan precisamente aquello que poseen y que no soportan en ellos mismos.

La familia es un factor crucial para combatir este proceso de auto destrucción de la identidad. Sin una familia que dé soporte, que llene el vacío de seguridad que los pares se encargan de aniquilar, el homosexual no tiene dónde encontrar un refugio dónde limpiarse las heces que le caen. Los pacientes gays, comentan Friedman y Downey, generalmente profesan, en relaciones terapéuticas prolongadas, creencias de que sus padres los odian por el hecho de ser homosexuales. Lo peor de todo es que tienen muchas veces razón. Un estudio del semanario New Yorker mostró que un tercio de la población entrevistada prefería tener hijos heterosexuales, insatisfechos con su matrimonio y con su vida; que hijos homosexuales felizmente emparejados con una vida estable y adecuada. Muchos padres ven en la homosexualidad de sus hijos un castigo hacia ellos mismos; un asunto de identidad que no atañe a sus críos sino más bien a ellos mismos.

Todo este andamiaje negativo no puede sino resultar en conductas futuras nefastas. Si uno no se tiene como ser humano viable y respetable, sus acciones revelarán que precisamente nada de lo que haga o se plantee hacer es respetable o viable. De ahí las drogas, el suicidio, la promiscuidad, y demás manifestaciones del bajo autoestima.
Pero el problema no se soluciona con una reforma de lo social. Es, evidentemente, la solución para el futuro; pero para el presente, la homofobia ya está dentro de uno y el trabajo tiene que ir de afuera hacia adentro. Friedman y Downey apuntan, así, a señalar que el trabajo de limpieza de las experiencias infantiles traumáticas en los homosexuales es posible dentro de un patrón de integración a un ambiente gay. Un contexto homosexual positivo es el único medio para la recuperación de la seguridad personal, del autoestima, de la integración de la identidad, y del amor. El lenguaje defensivo del gay PRIDE aparece, sin embargo, como una prolongación violenta de esta homofobia que todos llevamos dentro. Los contextos positivos se hallan más bien en lenguajes donde el ser gay pase al plano de lo accidental y las demás cualidades y talentos de la persona encuentren su espacio de maduración y desarrollo. La normalidad necesaria no se encuentra ni en familias o escuelas intolerantes, ni en histéricos activismos gays.

sábado, 14 de marzo de 2009

lunes, 9 de marzo de 2009

Lo publicamos hace dos años y está documentado en el blog

sábado 29 de diciembre de 2007
Emergentes de una sociedad fragmentada.


Hoy la ciudad de San Pedro vive un estado de fragmentación social, que no es ajena al resto del país. Hoy por la tarde salimos a recorrerla después de mucho tiempo sin hacerlo por cuestiones de distancia, charlé, vi., olfateé, y en apariencia todo bien, pero se observa un trasfondo de asignaturas pendientes, de materialismo y consumismo extremo, balances psíquicos con saldo negativo etc.

Pero lo más llamativo es la falta de cohesión social y un resentimiento generalizado por lo que el otro tiene y yo no, pero no para darme fuerza y lograr el objetivo, sino para que el otro pierda lo que logró.

Hay familias que se matan por unos ladrillos, esta información llegó a nuestra redacción por casualidad, mucha gente mayor aprendió a manejar la computadora para los trámites del anses y no se como nos encontró y mando mail contando historias terribles, no las contamos porque no nos sentimos capacitados para ello no somos periodistas ni nada parecido, además de tener claro nuestras limitaciones, pero a los viejitos, perdón a muchos los depositan en geriátricos y le sacan todo.

Queridos lectores que sea un buen año, pero realmente tememos a estos emergentes, tememos en que se transformen en violencia en las festividades de fin de año.

Lo decimos hoy 29 de Diciembre humildemente por favor, que no salga lo peor de cada uno, y que las entidades no tiren leña al fuego para que esto ocurra seleccionando su gente . Creo que somos claros.

SPG
Publicado por San Pedro Gay en 19:09 0 comentarios
jueves 27 de diciembre de 2007
No tiremos más leña al fuego







Creemos que es momento de no tirar leña al fuego sobre los grupos sociales más vulnerables, tenemos que tratar de pensar en lo colectivo, Es mucho lo que podemos hacer.
Aunque no les importe nada, les pedimos a muchos de los que no hace falta hacer referencia, que por lo menos no nos mientan diciendo que todo está bien.
Ellos también tienen derecho a vivir dignamente en una sociedad que enciende llamas en los lugares donde más queman.


Publicado por San Pedro Gay en 19:54 0 comentarios
miércoles 26 de diciembre de 2007
La discriminación mata y hace que te sientas una mier....
Esto ocurre en San Pedro con hombres, mujeres, jóvenes , NO SOLAMENTE CON LOS GAY .NO LO PERMITAS
Publicado por San Pedro Gay en 19:42 0 comentarios

domingo, 8 de marzo de 2009

Cura abiertamente gay cumple 20 años de ministerio

¿ Por que algunos se esconden en lugar de luchar por su identidad?


# Asumido como gay, el teólogo James Alison fue ordenado sacerdote hace dos décadas


# �Terapias reparativas� fueron motín electorero de la derecha estadounidense; hoy están en declive, asegura
Christian Rea Tizcareño
México DF, noviembre 21 de 2008.
Orgulloso de ser homosexual, el teólogo ex dominico James Alison celebra este año dos décadas de ordenación sacerdotal. “Nací en una familia de derecha, evangélica. Me descubrí a los nueve años y me acepté a los 18. Por suerte, me enamoré de un chico católico, y entonces me metí de lleno a la Iglesia”, narra a NotieSe el autor de Una fe más allá del resentimiento: Fragmentos católicos en clave gay; Católicos y sida, preguntas y respuestas; El retorno de Abel: Las huellas de la imaginación escatológica, y Conocer a Jesús.

El presbítero nacido en Londres, Inglaterra, cuenta que su fe jamás fue doblegada por la homofobia religiosa. “Salí del totalitarismo invisible e interior del evangelismo para entrar al totalitarismo visible y exterior del catolicismo”.

Asimismo, refiere que la presencia gay en la Iglesia de Roma “es muy grande. Es como un cuento de hadas. Si alguien quiere que tú entres, va a encontrar la manera de hacerlo. Si no, también”, sonríe.

Sotanas pintadas de homofobia

Alison no negó su homosexualidad al ingresar al seminario. “En aquella época las cosas eran más abiertas”. Pero con el pontificado de Juan Pablo II la Iglesia retrocedió, se acrecentó el conservadurismo. Las reglas del juego cambiaron. El clérigo renunció a los dominicos. No había otra opción, pues la honestidad dejó de ser tolerada. Perdió los votos de pertenencia a dicha orden religiosa, pero conservó su estado sacerdotal, según constan los documentos que el Vaticano le hizo llegar.

La palabra homosexual –inventada en 1869– no se plasmó originalmente en la Biblia. “Son traducciones de traducciones”. Sin embargo, la mayor parte de la jerarquía católica prefiere omitir el tema. “No hablar, no ver, no oír, esa es la regla general”. Cuando un cura o religioso se declara gay –el clásico “problema disciplinario”–, los purpurados se excusan entre ellos: “‘¡ay, qué horror! Yo no sabía. ¡Imagínate!, si hubiera sabido no le habría mandado’… Unos son cautelosos, algunos cobardes y otros matalocas horrendas”, describe Alison.

A pesar de que un número creciente de pastores y teólogos asumen una postura a favor de la agenda lésbico- gay, gran parte de la jerarquía prefiere mantener en secreto esta forma de pensar. Pero hay excepciones. Don Raúl Vera, obispo de Saltillo, Coahuila, es un ejemplo. Él es honesto al declarar que las personas con orientación distinta a la heterosexual merecen atención espiritual sin discriminación de por medio y derechos como cualquier ciudadano mexicano, dice Alison.

“Terapias anti- gay” fueron motín de la derecha; hoy están en declive

Según James Alison, las “terapias reparativas” que promueven grupos conservadores como Courage Latino, las cuales pretenden “sanar” la homosexualidad, sólo sirven para que la gente se dé cuenta de que la atracción erótico- afectiva entre personas del mismo sexo constituye una variante normal de la naturaleza humana. Quien se ha sometido a estos “tratamientos” comprueba de forma fáctica que no se puede cambiar por ningún medio la orientación sexual.

Las “terapias” parten del principio de que ser gay es una patología causada por los traumas de la infancia. Bajo esta lógica, sus promotores aseveran que la oración revertirá los supuestos vicios de la vida homosexual. “Dios quiere y puede curar los resentimientos, la rabia, las heridas, te dota de libertad, te ayuda a perdonar, a ser mejor, pero él no cambia la orientación sexual”.

El teólogo conoce a personas que han renunciado a las “terapias anti- gay”. Todas tomaron conciencia de sí mismas. El tratamiento psicológico les sirvió para auto- aceptarse y sanar asuntos ajenos a la homosexualidad. “Llegó la rebelión cuando (ellos y ellas) vieron el daño que les causaba esta tortura. Los más temerosos nos agarramos a las sectas religiosas hasta el último momento”.

De acuerdo a James, el movimiento de las “terapias reparativas” se gestó a finales de la década de los setenta. Al principio, “había gente de muy buena voluntad”. Después, la derecha religiosa y política de Estados Unidos apoyó económicamente a grupos como Courage Latino, esto para tratar de demostrar ante la opinión pública que el discurso de derechos humanos a favor de la reivindicación gay era una falacia. Entonces, el Partido Republicano “los usó” para sacar ventaja electoral con respecto a sus adversarios. Obtuvieron votos a costa de la ignorancia de la gente.

Hoy día, las “terapias ex- gay” están en declive en Estados Unidos porque se demostró científicamente su ineficacia. Cabe destacar que incluso algunos líderes de este movimiento conservador se disculparon públicamente. Además, los republicanos ya no quieren ser asociados con posiciones tan abiertamente homófobas, pues les restaría sufragios. Ante el fracaso en su país de origen, los grupos pro “homosexualidad no deseada” encuentran en Latinoamérica la posibilidad de tomar un respiro, toda vez que perciben la vulnerabilidad de la población frente al discurso religioso, advierte el experto.

El amor de Dios es libre

James no se autodefine como “sacerdote gay, sino como un teólogo y sacerdote que por casualidad es gay”. En la actualidad no trabaja para ninguna diócesis, aunque está dispuesto al llamado de cualquier prelado. Ante la homofobia imperante en la jerarquía católica, él se refugió en la “gracia de Jesús porque el verdadero amor de Dios no es fingimiento, es libre”.

Para Alison, el resentimiento no es la solución a la homofobia rampante. El esquema puritano se puede romper con creatividad e imaginación, no con actitudes reactivas. Quienes no son heterosexuales necesitan hacer frente a los conservadurismos religiosos en un ambiente de fraternidad y con argumentos sólidos, para construir una auténtica comunidad, “no una asociación de dueños de bares”.

Finalmente, el cura invita a los católicos del mundo a salir de la hipocresía y a conocer su página electrónica: http://www.jamesalison.co.uk/cas/index.html